Ven aquí, gitana mía,
ojos negros como el tizón.
Enrédame en tus cabellos
que por ti suspiro yo.
Ven, gitana, ven,
gitana de mirada
transparente y clara,
ojos negros y piel canela,
pies descalzos sobre la arena,
y cuerpo de candela
en las noches de estrellas.
Dime la fortuna, gitana,
y dime del porqué de esta locura
que trastoca mi cordura
y sin ti no sé vivir.
Dime la buena ventura,
que no puede serme mala,
que no puede perderme
en la espesura del desamor.
Anda y dime
del porqué de esta alegría
que me lleva a desearte,
más que a mi propia vida.
Sí, alegría de vivir junto a ti,
de encontrarme en
tu regazo,
de abrigarme en tus enaguas,
de oírte a mis oídos,
hechizos de amor.
Enreda tu alma a mi alma
para que así, vivamos los dos,
pero no me pidas abandono
ni lejos te me vayas,
que la distancia no es buena
y mata la pasión.
Y si no sientes que me amas,
no tendría ya razón,
para dejar mi huella en esta vida
y moriría por no ver más
esos ojazos divinos que me hechizan
robándome el corazón.
Moriría, sí,
porque morir quisiera,
si el calor de tus abrazos
y el cosquilleo de tus labios
no sintiera recorrer
por toda mi piel.
Moriría antes de que te fueras,
y junto a ti, a tu lado;
no tendría muerte mejor.
Pero ven,
anda y ven, gitana mía
y bailemos al compas
del crujir de la candela.
Sentirás mi alma llena
de pasión y amor por ti.
y cuando la danza termine,
prendada quedarás de mí.
Yo te construiré una carreta
de plata y oro
con armazones de cristal,
tirada por corceles blancos,
blancos de espuma de mar,
con alas de mariposa,
para que nos pueda llevar
allá donde tu quieras estar,
pues no hay lugar en este mundo
ni en el espacio infinito,
adonde no podamos llegar...
y aún más allá.
Ven, gitana, ven,
que sé de un lugar
donde el sol siempre brilla
y la brisa, como un suspiro celestial,
acunará tus dulces sueños,
tallados en coral.
Ven, gitana, ven,
y ata mi cuerpo al tuyo
con los rizos de tus cabellos,
que estoy esperando y muero
por contigo jamás despertar
de este bello sueño,
y sentimientos de realidad.
…..ooOoo…..